Tres terapias de reemplazo de nicotina: parches, chicles y cigarrillos electrónicos

dejar de fumar

Es muy posible que con la llegada del nuevo año, entre muchos otros, uno de los propósitos más habituales que se hacen los fumadores sea el de dejar de fumar. Hoy en día, con tantas opciones de nicotina en el mercado disponibles, puede resultar complicado para un fumador diferenciar qué terapia de reemplazo de nicotina funciona mejor. Por ello vamos a dedicarle unas líneas a mostrar tres de las opciones más populares haciendo hincapié en sus ventajas y desventajas.

Los Parches de Nicotina

parche de nicotina

Los parches de nicotina con una terapia de reemplazo de nicotina que nació y se extendió ampliamente a principios de los años noventa, y que desde sus inicios ha surtido dudas sobre su verdadera efectividad. Esta terapia consta de pequeños parches transdérmicos que poseen diversas concentraciones de nicotina que se va liberando en el flujo sanguíneo con el propósito de evitar la ansiedad que causa en el cuerpo la falta de nicotina cuando dejamos de fumar.

Los fabricantes de este tipo de terapia afirman que son capaces de duplicar las opciones de éxito a la hora de quitarse del hábito del tabaco, no obstante, los resultados obtenidos en diversos estudios independientes han variado. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Vanderbilt determinó que poseían aproximadamente entre un 6 y un 11% de efectividad a la hora de dejar de fumar. Este estudio solamente medía el éxito tras 24 semanas.

Los parches de nicotina impulsaron una nueva oleada de investigaciones sobre los efectos de la nicotina sin el factor de distracción del humo. Se han conseguido múltiples descubrimientos relacionados con los posibles beneficios para la salud y los usos médicos de la nicotina gracia a los parches, incluyendo potenciales tratamientos para el Alzheimer, además de para deterioros cognitivos como la pérdida de memoria o la demencia.

Investigaciones en pacientes maduros con parches de nicotina también han llegado a la conclusión de que la nicotina sin la enorme carga que se libera con el humo de los cigarrillos tiene escaso poder adictivo. Los pacientes que usaron parches de nicotina durante meses no experimentaron síndrome de abstinencia al concluir las pruebas.

Entre las ventajas de este método para dejar de fumar se puede nombras que es realmente discreto, que se puede utilizar en sitios públicos, que no requiere de complicados sistemas, equipos o recargas, que no está prohibido en otros países, que no es potencialmente adictivo, y que sus riesgos para la salud son mínimos en comparación con fumar.

Entre sus contras estarían, por ejemplo, que las dosis pueden ser difíciles de ajustar, que puede dar sensación de mareos o náuseas, que puede agravar los síntomas a personas que poseen la piel sensible, o que puede no servir de estímulo para la persona que está dejando de fumar ya que no es un hábito de reemplazo, y el usuario no obtiene la sensación de llevarse algo de la mano a la boca.

Chicles de Nicotina

chicle de nicotina

La segunda terapia de reemplazo a la que vamos a hacer mención son los chicles de nicotina. Los chicles de nicotina fueron la primera terapia de reemplazo que salió a la venta. En sus orígenes, a mediados de los años 80, en un primer momento para su compra era necesaria receta médica. Hoy en día se venden por todo el mundo, incluso hay países en los que está disponible para niños mayores de 12 años y viene también con distintos sabores.

En esta terapia, el usuario absorbe la nicotina a través del tejido blando de la boca y pasa al torrente sanguíneo, al masticarlo y después colocarlo entre las mejillas. Hay que repetir el proceso hasta que el chicle pierde su intensidad. Según los distintos estudios, se cree que el uso de los chicles de nicotina aumentan las tasas de éxito en fumadores en alrededor del 5% en aquellos que lo dejan en seco, llegando hasta una media del 7-8%. Las tasas de éxito aumentan cuando se combinan con medicación o asesoramiento de especialistas.

Entre sus ventajas principales se encuentran disfrutar de un aliento fresco, conseguir un estímulo de distracción (habitualmente muchos fumadores mascan chicle cuando están en lugares donde no pueden fumar),o la posibilidad de ser usado en cualquier parte (incluso aviones, restaurantes o espacios públicos).

Por contra, mascar el chicle de manera errónea puede llevar a ingerir la dosis completa en poco tiempo en lugar de espaciarla, hay casos en los que está correlacionado con la ganancia de peso de las primeras semanas tras dejar de fumar, puede no ser apropiado para personas que hablan en público o que se están realizando arreglos dentales, y por último puede ser difícil conseguir una continuidad.

El Vapeo

vapear

Por último, nos adentramos en el vapeo y los cigarrillos electrónicos como terapia de reemplazo de nicotina. De las tres, esta es la más reciente y controvertida. Nació en China en 2003 y llegó a Europa allá por 2006. Esta industria ha crecido enormemente desde entonces, aumentando exponencialmente tanto sus seguidores como sus detractores, además de las empresas que se dedican a este mercado y el número de productos disponibles.

A pesar de lo que han dicho estudios erróneos y tendenciosos, y de tácticas del miedo usadas por mercados rivales, el vapeo sigue teniendo muchos apoyos. El Sistema Sanitario de Inglaterra ha lanzado un estudio de expertos independientes que afirma que "la estimación actual es que los cigarrillos electrónicos son alrededor del 95% menos dañinos que fumar", además también han defendido que "no existen pruebas a día de hoy de que los cigarrillos electrónicos sean una pasarela hacia el tabaquismo para niños o no fumadores".

Al vapear se produce un aerosol (nombre técnico del vapor), cuando el e-líquido se calienta mediante una resistencia que lleva el tanque del cigarrillo electrónico y posteriormente se inhala. La nicotina (en el caso de que el e-líquido que se esté usando la lleve) se absorbe a través de los pulmones y se exhala el vapor. Este proceso es a la vez alabado y criticado por proporcionar una sensación similar a la de fumar.

Sin importar la opinión, es imposible ignorar las implicaciones de la reducción de riesgos y problemas que esta acción supone. El vapeo combina la sensación en la boca, el hábito, la absorción de nicotina e incluso el sabor (estos dos últimos solo en caso que se desee), que buscan los fumadores, sin la necesidad de combustión que es la causante de millones de muertes al año en todo el mundo.

Entre sus ventajas están, entre otras, que con el vapeo se consigue a sensación de fumar sin los problemas de funcionar con combustión ni de respirar el dañino humo que contiene multitud de toxinas, que hay disponibles cientos de sabores distintos, que imita la acción de llevarse algo a la boca, que se puede determinar la cantidad de vapor que deseas, que no sabe como el humo real, y que no produce malos olores ni su aroma se queda en la ropa o en el ambiente.

Entre sus contras, cabe mencionar que puede resultar algo abrumador para las personas que se están iniciando, que a veces requiere de cierto tiempo encontrar el sabor y la experiencia de vapeo deseada, que —para los fumadores más acérrimos— no es exactamente igual al sabor que se obtiene con los cigarrillos tradicionales, además de que mucha gente lo pueda ver mal por considerarlo, de manera errónea, un hábito igual al tabaco.

En definitiva, todas estas terapias ayudan a dejar de fumar y a reducir los daños que el tabaco produce en el organismo, además de reemplazar el síndrome de abstinencia facilitando el paso a una vida más saludable. Las industrias, en especial la del vapeo, están poniendo grandes empeños en la idea del mejorar el consumo de nicotina como terapia de reemplazo para conseguir dejar de fumar de manera segura y efectiva. Si dejar de fumar está entre los propósitos que te has hecho para este nuevo año, déjate ayudar y da el paso al cigarrillo electrónico.

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